El líquido cefalorraquídeo se produce normalmente en cantidad de 500ml aproximadamente en un día en los adultos y en la misma cantidad se absorbe, funcionando principalmente como medio de protección para el cerebro. Cuando por alguna razón, hay un acúmulo de líquido y por lo tanto un exceso en los espacios cerebrales llamados ventrículos, se le llama Hidrocefalia, teniendo como consecuencia un aumento en la presión intracraneal, provocando un daño al tejido cerebral que puede ser irreversible o puede provocar el fallecimiento.

El tratamiento desde hace muchos años ha sido la colocación de un sistema de derivación ventriculoperitoneal, lo cual consiste en colocar un catéter pequeño por debajo de la piel que va de las cavidades ventriculares cerebrales a la cavidad abdominal, siempre teniendo el riesgo de falla de dicho sistema por obstrucción del catéter o por mala ubicación del catéter ventricular.

Actualmente el tratamiento de elección es colocar el sistema de derivación ventricular (catéter) con visión directa mediante ENDOSCOPIA VENTRICULAR, para de esta manera observar la posición exacta de la punta del catéter ventricular y con ello disminuir importantemente el riesgo de falla por mala localización del catéter.

En pacientes que presentan tumores de fosa posterior (cerebelo, tallo cerebral), estenosis del acueducto de Silvio, se puede realizar una TERCER VENTRICULOSTOMIA, procedimiento que consiste en realizar una exploración endoscópica ventricular y hacer un nuevo camino al líquido cefalorraquídeo para que este fluyendo y así se evita la colocación de una válvula (disminuyendo riesgo de complicaciones de infección o disfunción del sistema).

Lesiones en las cavidades ventriculares como los quistes coloides, astrocitomas, germinomas, entre otros, pueden ser operados para su resección mediante endoscopia.

En algunos tumores que se encuentran en zonas muy delicadas y que no pueden retirarse, se les puede tomar biopsia vía endoscópica, reduciendo importantemente el daño a tejido cerebral normal.