La salud de nuestro cerebro depende en gran medida de factores que obedecen a nuestras propias decisiones como tener una buena alimentación, realizar actividad física con frecuencia y mantener en general buenos hábitos de salud. El mantener activa nuestra mente con actividades como la lectura, ejercicios mentales, apreciación del arte y escuchar música clásica, son también factores protectores para nuestro cerebro.
En caso de padecer de algunas enfermedades degenerativas como diabetes, hipertensión arterial o alguna arritmia cardiaca se debe procurar el mejor control de estos padecimientos para ofrecer también una mayor protección cerebral. Los criterios actuales en el control de la presión arterial, azúcar y colesterol son cada vez más estrictos y requieren de tener un seguimiento estricto.
Recientemente se ha asociado que algunas otras situaciones de salud como la apnea obstructiva del sueño (ronquera), insomnio, estrés prolongado y/o depresión son también factores que a largo plazo pueden predisponer a nuestro cerebro a enfermedades como embolias, derrames o desarrollo temprano de demencia. Muchas veces el debut de las enfermedades neurológicas es súbito y nada podemos hacer, otras veces se tienen síntomas que deben ser atendidos con rapidez, como:
- Dolor de cabeza intenso y de presentación súbita
- Cambio en el comportamiento de los dolores de cabeza considerados como cotidianos
- Crisis convulsivas de primera vez en una persona previamente sana
- Parálisis completa o incompleta de un lado del cuerpo transitoria, aunque se recupere.
- Deterioro rápido de la memoria o alguna otra función mental percibida por la persona o sus familiares.
Al sistema nervioso se le puede estudiar de diferentes formas desde test neurológicos, tomografías o resonancias magnéticas hasta ultrasonidos extra o transcraneales, electroencefalogramas, cateterismos, entre otros. El interrogatorio y la exploración física siempre serán los factores más importantes que determinen que estudio habría que realizarse. Muchas veces los dolores de cabeza o espalda normales no requieren de estudios más que algunos cambios en sus actividades.
La decisión de que método de estudio se requiere depende de los síntomas que la persona padece. Si se tiene en la familia antecedentes de padecimientos como Demencias o Enfermedad de Parkinson, o familiares en primer grado que hayan fallecido de embolias o derrames quizá la realización de estudios de imagen pudiera estar indicada.
Existen diversos recursos en internet que nos permiten darnos una idea del estado de nuestra salud mental. Como el desarrollado por Cleveland Clinic en su proyecto Healthy Brains (https://healthybrains.org) que basado en un cuestionario de seis pilares de preguntas nos dan una calificación que nos permite identificar que hábitos debemos cambiar. Si identificas alguna alteración en estos cuestionarios, o tienes alguna pregunta en relación con tu estado de salud mental puedes contactarnos.
Un Adulto Deprimido podría ser un Adulto con Demencia
El cerebro tiene un proceso normal de envejecimiento, sin embargo, la mente no envejece.